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¿Qué tal está ‘Resident Evil: Infinite Darkness’, la nueva serie de Netflix?

Resident Evil: Infinite Darkness es uno de los dos esperados estrenos anunciados por Netflix en octubre de 2020. La serie no consiste en la adaptación de uno de los conocidos videojuegos de la saga, sino que sus sucesos se desarrollan entre el cuarto y el quinto opus. Aquí, seguiremos los pasos de Leon, uno de los personajes más icónicos de la franquicia, que se une a la unidad de agentes en la Casa Blanca cuando el cuartel general presidencial es víctima de un hackeo a gran escala. También conoceremos a Claire Redfield, activista de una ONG humanitaria que detecta un brote de virus T en un país sumido en plena guerra civil. Los dos casos, que parecen estar relacionados, son solo la punta del iceberg y esconden una gran conspiración.

Aunque Infinite Darkness está dentro del canon de la franquicia, hace un esfuerzo por presentar todo el arco argumental de Raccoon City a los que acaban de descubrir la saga. Tiene dos líneas narrativas, como sucede en otras entregas, pero la historia de Leon tiene más peso. Claire, por otro lado, investiga una misión de rescate en el país ficticio de Penamstan, una trama que parece sacada directamente de Black Hawk derribado de Ridley Scott, eso sí, con un giro horripilante.

Resident Evil: Infinite Darkness solo tiene 4 episodios de unos veinte minutos, es decir, la serie completa dura menos que un largometraje. Si bien esto le da a la serie un ritmo muy constante, la narración se vuelve apresurada, enlazando numerosas escenas de acción con incesantes diálogos expositivos. Sin embargo, tenemos que conceder que el guion desarrolla bastante bien la intriga geopolítica que se esconde tras la historia de los Mad Dogs, una unidad militar que pagó los platos rotos de la guerra de Penamstan. De hecho, la historia parece salida de una temporada de Homeland, y se disfrutaría mucho mejor si el ritmo no fuese tan frenético.

Aunque el CGI es bueno, pero desigual, la cinematografía parece un poco desfasada. Es cierto que cuesta competir con las proezas técnicas de algunos episodios de Love, Death & Robots, pero creemos que, a este respecto, la serie tiene margen de mejora. Sucede algo similar con el guion, que ya de entrada nunca ha sido el punto fuerte de la franquicia, y que en el caso de Infinite Darkness, no tiene las herramientas para desarrollar a los personajes más allá de la trama.

Aunque no negamos que habrá fans que disfrutarán de la serie (quizás más incluso que las adaptaciones cinematográficas) la franquicia vuelve a repetir los errores del pasado con Resident Evil: Infinite Darkness al poner por delante “el éxito en taquilla” al componente terrorífico. Ahora, estamos a la espera del estreno de la serie de acción real, que desveló recientemente su reparto.

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Published by
Júlia Llàcer Adell