El Tío va al bosque con la petición de derrotar a un “demonio cantor”. Descubre un enorme monstruo y lo ataca en un intento de derrotarlo, pero resulta ser Mabel, que vive una vida autosuficiente en el bosque. La gigantesca escultura de hielo que había erigido para mantener alejada a la gente y la voz cantante de Mabel se habían convertido de algún modo en temidos “demonios cantores”. El Tío elogia la voz de Mabel y ésta propone cantar una canción del mundo natal del Tío. El Tío, encantado, le enseña a Mabel su canción favorita.