Tras tres años de espera, los fans de Juego de Tronos se reencontraron, el pasado 21 de agosto, con la dinastía de los Targaryen en La casa del dragón, el anhelado spin-off de la célebre serie basada en la saga fantástica de George R. R. Martin. Y, aunque aún no es posible saber si la plataforma se redimirá con esta secuela del insalvable final de la serie original, lo que está claro es que La casa del dragón ha llegado pisando fuerte, batiendo récords de audiencia con un total de 9,9686 millones de espectadores.
Este nuevo capítulo de la historia de Poniente se basa en la novela Fuego y sangre y se ambienta 172 años antes de los acontecimientos que tienen lugar en Juego de Tronos. El monarca Viserys I, un hombre débil que se mantiene en el trono protegido por sus imponentes dragones, ve su linaje peligrar cuando su mujer (Sian Brooke) tiene problemas para concebir más hijos. Si no consiguen concebir un varón, el Trono de Hierro recaerá sobre el hermano de Viserys, Daemon, un gobernante tiránico (Matt Smith). A menos que se decida romper con la tradición y cederle el trono a Rhaenyra (Milly Alcock), su hija adolescente, una decisión destinada a suscitar una fuerte oposición.
Salta a la vista que La casa del dragón no pretende “cortar lazos” de manera tajante con Juego de Tronos: no en vano nos encontramos de vuelta en un Desembarco del Rey, cuyo cielo está plagados de dragones, acompañados por una banda sonora épica a cargo de Ramin Djawadi. Eso sí, mentiríamos si dijésemos que ese “aura” de familiaridad no es placentera para los que disfrutamos de la serie original. La secuela no tarda en introducir al espectador en una trama de intrigas y traiciones palaciegas hiladas mediante diálogos mordaces e inteligentes enmarcados en escenarios espectaculares. Todo, interpretado por un elenco de primera. Se puede adivinar que, por el momento, el gran presupuesto que HBO invirtió en esta secuela está dando sus frutos.
No obstante (y aunque las comparaciones son odiosas), la trama de La casa del dragón está mucho más focalizada que en Juego de Tronos. Ya no salta continuamente de reino en reino, entre dinastías y líneas narrativas, sino que se acota en la dinastía Targaryen y en su lucha familiar por quién heredará el trono. Esta decisión, que en principio parecería limitante, le saca más jugo a las intrigas y, sobre todo, las simplifica de cara al espectador (¡se acabó el tener que consultar a Google quién es quién en cada episodio!).
En definitiva, La casa del dragón será uno de los estrenos más sonados de este año, pero… ¿Logrará erigirse como uno de sus éxitos? Sin duda, la serie ha empezado con buen pie y está respaldada por una obra de éxito: ahora su gran desafío es convertirse en una gran serie por mérito propio.
La casa del dragón se estrenó en HBO Max el 21 de agosto, con el estreno de un capítulo semanal cada domingo.