De 1961 a 1989, el Muro de Berlín fue un símbolo inequívoco y brutal de la división de Alemania y del conflicto Este-Oeste, hay reliquias arquitectónicas donde aún se siente la Guerra Fría. Un edificio de oficinas de aspecto inocuo en Lichtenberg, Berlín, fue la sede de una organización temida y despiadada: la infame policía de seguridad, la Stasi. Cerca está la prisión de Hohenschönhausen, donde una persona que estuvo encerrada habla de sus experiencias; Una base comunista encubierta escondió submarinos de la Guerra Fría para Tito, exlíder de Yugoslavia, en la isla de Vis, en Croacia; A 40 Kms de Berlin, el centro secreto de dopaje de Kienbaum, en un búnker subterráneo, para los mejores atletas de la RDA; Y el antiguo cuartel general del ejército soviético de Wünsdorf, en Alemania Oriental, era una ciudad soviética prohibida dentro de una ciudad: este vasto lugar, al este de Berlín, hoy está abandonado pero su arquitectura aún impresiona e incluso las estatuas de Lenin siguen en pie.