No son Semir y Ben los que destruyen su coche esta vez sino la jefa Krüger, que recibe una penalización: Participar en una misión de la Policía Marítima. El caso que deben investigar, es el misterioso asesinato de un historiador de la guerra, que es asumido por Bonraht y Herzberger. Ben y Semir, durante una patrulla, se encuentran con una furgoneta relacionada con el caso, pero resulta que esa furgoneta tiene una bomba en su interior… ¿Podrán evitar que la bomba explote?