Brennan y Booth reciben un nuevo aviso para investigar un crimen. Ambos deben dirigirse a una antigua casa donde ha aparecido un esqueleto.
Sin embargo, los huesos a los que se enfrentan son diferentes a los que están acostumbrados a ver: éstos brillan. Tras diversos análisis descubren que no contienen ningún elemento radiactivo ni existe otra explicación posible a este fenómeno.