Von Patoven descubre que su más reciente invento, el limpiador de alfombras, tiene como efecto secundario la posibilidad de invertir la personalidad de quienes lo beban, por lo que decide intentar que Pátula lo beba. Esto hace que Pátula se comporte como un auténtico vampiro, que la Nana sea inteligente, y que Igor sea alegre y bondadoso.