Eliminado la amenaza de Askar y sus seguidores más cercanos, Salvador y Dante podía sentir ganadores. Pero la verdad es que Salvador se siente perdido a su hija para siempre y Dante lamenta la probable destrucción de la actividad de los templos. Ambos hicieron decisiones para conseguir lo que querían, pero Salvador ahora está buscando una manera de devolver la paz a la comunidad de Indra.