¡Nadie escapa de Alcatraz! La prisión más segura de Estados Unidos en una pequeña isla en la Bahía de San Francisco, hogar de algunos de los peores criminales del país, se consideró absolutamente a prueba de fugas. Aún así, el 11 de junio de 1962, el ladrón de autos Frank Morris y los ladrones de bancos John y Clarence Anglin intentaron lo imposible. Los tres hombres excavaron para salir de sus celdas, fabricaron maniquíes con papel maché e hicieron un bote inflable. De hecho, lograron pasar los sistemas de seguridad de la antigua fortaleza militar. Nuevas pistas llevan a Josh de San Francisco a las selvas de Brasil, donde encuentra testigos y pruebas que reescriben la versión de la historia del FBI.