Kyle intenta reforzar su amistad con Jessi llevándola a la Universidad en la que estudió su madre, Sarah. Allí descubren que fue una de las mejores estudiantes. Madre e hija comparten algo más que su inteligencia ambas son brillantes, competitivas y autodestructivas. La historia de Sarah inspira a Jessi a ser cada vez más competitiva hace que cada vez que está con Kyle se convierta en una batalla. Para su sorpresa, Jessi no hace más que ganarle. Pero el precio es alto: la nariz de Jessi no deja de sangrar. ¿Y los continuos desmayos? No pueden ser buenos