El crimen de un joven recluso libio pone a Alice en contacto con el mundo carcelario. Claudio intenta acercarse a la niña, pero las intrusiones de Einardi solo alimentan los malentendidos. Alice debe admitir que la corte del brillante primer ministro le agrada y, cuando el hombre la invita a pasar un fin de semana en el campo, la niña acepta. Sin embargo, las cosas no saldrán como esperaba.