Debido al trabajo de Peggy como redactora, es buscada por el Padre Gill para ayudar a organizar un baile en la iglesia. Sin embargo, sus ideas se consideran demasiado controvertidas para los organizadores. Betty tendrá muchos problemas para ayudar a Don a montar una cena para la cuenta de la cerveza Heineken (parte de un acuerdo de colocación de productos entre el fabricante y el programa), pero cuando se convierte en el blanco de una broma durante la cena, hace saber a Don los verdaderos sentimientos acerca de su relación. Joan ayuda a Harry con la lectura de guiones de televisión para su trabajo, comprobando que no existen conflictos de intereses entre el programa y los productos que se anuncian en ellos.
Breaking Bad, creada por Vince Gilligan, es una obra maestra del drama criminal que ha dejado una huella imborrable en la historia de la televisión. Desde su estreno en AMC el 20 de enero de 2008, esta serie ha capturado la atención del público con su narrativa intensa y sus personajes complejos. En su primera temporada, nos introduce al mundo oscuro y fascinante de Walter White (interpretado magistralmente por Bryan Cranston), un profesor de química cuya vida da un giro inesperado tras ser diagnosticado con cáncer de pulmón terminal. Esta revelación lo lleva a tomar decisiones drásticas para asegurar el futuro financiero de su familia antes de que sea demasiado tarde.
La trama se desarrolla en Albuquerque, Nuevo México, donde Walter intenta dejar atrás su vida monótona como educador y se adentra en el peligroso negocio de las drogas fabricando anfetaminas junto a su antiguo alumno Jesse Pinkman (Aaron Paul). Lo que comienza como un intento desesperado por salvar a su familia se transforma rápidamente en una lucha por el poder y la supervivencia. A medida que avanza la primera temporada, los espectadores son testigos del conflicto interno y moral que enfrenta Walter mientras se convierte gradualmente en el temido Heisenberg.
Uno de los aspectos más destacados de Breaking Bad es sin duda su excepcional elenco. Bryan Cranston no solo entrega una actuación conmovedora como Walter White, sino que también logra transmitir la evolución del personaje desde un hombre común hasta convertirse en un astuto criminal. Por otro lado, Aaron Paul aporta profundidad a Jesse Pinkman, mostrando sus luchas personales mientras navega por las consecuencias del mundo del crimen. Juntos crean una dinámica explosiva que mantiene a los espectadores al borde del asiento.