8 de enero de 1989, Londres, Reino Unido: En un viaje corto desde Londres, Inglaterra hasta Belfast, Irlanda del Norte; el Vuelo 92 de British Midland, un Boeing 737-400 totalmente nuevo tiene un fallo de motor y después de que los pilotos parecen solucionar el problema el avión se estrella en una autopista a menos de 1 kilómetro de la pista de aterrizaje, matando a 47 personas. Pronto los investigadores se paralizarían al saber que la causa fue un error humano.