En un día como otro cualquiera, Keroro, Tamama y Mois se lo pasan bien con su vida en la Tierra. Keroro y Tamama están despreocupados totalmente hasta que Mois recuerda la invasión y entonces se ponen manos a la obra los cuatro. Primeramente dejar el campo despejado, es decir, dejar la casa vacía. Natsumi se va a pasear y Keroro obliga a Fuyuki a que se vaya a pasear también y las ranas comienzan su operación invasora. Paseando, Fuyuki ve a Momoka que le ha estado vigilando todo el rato y habla con ella. Momoka le dice a Fuyuki que Tamama está muy raro últimamente y que sale a escondidas a su casa para ir con Keroro y los demás; entonces Fuyuki empieza a sospechar y van a la habitación de Keroro, donde descubren una especie de nevera. Los dos abren la nevera y son absorbidos por ella y llevados a un extraño lugar.