Keroro roba la Kero Ball de la habitación de Fuyuki y accidentalmente clona cientos de sí mismo, todos tan perezosos como el original. El intento de Kururu de rectificar esta situación los convierte en drones sin sentido bajo el control de Keroro, pero justo cuando este nuevo poder comienza a corromperlo, Kururu descubre que el Kero Ball que funciona mal puede representar una amenaza mayor para el propio Keroro.