El Voyager activa un mensaje automático de una mina de carbón, que sobrevivió hace años a una catástrofe ecológica sumiéndose en un profundo sueño inducido. Cuando trasladan a bordo los depósitos que contienen a los durmientes descubren que sus cerebros están muy activos, y son controlados por un sistema de detección. Para ayudarles, Torres y Kim se meten en una Stasi y penetran en la realidad artificial de las criaturas. Allí descubren que el ordenador ha creado un clown todopoderoso que refleja el miedo de las criaturas a ser reanimadas. Este clown les toma de pronto como rehenes para extorsionar a Janeway...