Del mismo modo que los rebeldes humanos pueden llegar a desafiar parcialmente las leyes físicas de Matrix porque son conscientes de que se trata de una simulación que experimentan en su cerebro, un atleta de elite recorre el mismo camino, aunque a la inversa: gracias a su impresionante disciplina mental y física, se acerca peligrosamente a los límites de lo imposible cada vez que corre los 100 metros lisos, batiendo una y otra vez el récord mundial (en inglés world record, que es justamente el título del cortometraje). En su carrera más importante, batirá las barreras de lo posible dentro de Matrix, y por un momento percibirá a la Matrix tal y como es en realidad. Los agentes intervendrán para intentar detenerlo, pues una mente así resulta demasiado peligrosa para el sistema.