Él es un americano. Ella es un fantasma. Los romances de vacaciones siempre son una molestia.
El propietario de un castillo irlandés, agobiado por sus numerosas deudas, decide convertir su castillo en un hotel. El proyecto no cuaja, pero se le ocurre una idea para atraer a los turistas americanos: proclamar falsamente que el castillo está habitado por terribles fantasmas. Los empleados se preparan para actuar como falsos espectros.