Una reunión con el receptor Kazuya Miyuki cambió la vida de Eijun Sawamura, de 15 años. Se despidió de todos sus amigos y golpeó la puerta de Seidou, una prestigiosa escuela de béisbol, con la intención de probar su propia fuerza. Allí, conoció a muchos jugadores de béisbol orgullosos que estaban apostando todo en el deporte. Un cuento clásico, pero nuevo y fresco.