El alma herida

Una familia llena de esperanzas toma la difícil decisión de cruzar la frontera en busca del sueño americano, dejándolo todo atrás sin sospechar que el destino les jugará una mala pasada separándolos trágicamente.
Eugenia Granados, con sólo once años de edad, su padre Salvador y su hermano Daniel, por causa de la persecución de la policía no logran cruzar.
La madre, Catalina, forzada por un pollero, pasa al lado americano. Un joven camionero, Juan Manuel Mendoza, que parece enviado del cielo, se conmueve con la situación y rescata a Eugenia, Salvador y Daniel. Estos, luego llegan a pensar que Catalina murió y quedan desolados.
El dolor y el sufrimiento de esta familia conmueven a Juan Manuel; un joven tímido, recto y generoso, quien trabaja desde los catorce años, y se convierte en el principal benefactor de la familia; incluso dándole trabajo como mecánico a Salvador. Eugenia siempre tendrá presente la generosidad de este muchacho de quien más adelante se enamorará perdidamente.
Por su parte, Catalina queda sola del otro lado de la frontera y a pesar de que pasa por muchos estragos, nunca deja de tratar de encontrar a su familia. Se gana la vida como puede, siempre honradamente, hasta que por fin se le presenta la oportunidad de regresar a México. Por otra mala pasada del destino, estando allí le hacen creer que su familia vive en los Estados Unidos y decide regresar. Mientras tanto, Salvador se entera que su mujer está viva pero se cree que ésta lo abandonó.
Eugenia, al enterarse de que su madre vive, decide ir a buscarla, no sin antes despedirse de Juan Manuel con un beso que lo deja atónito, diciéndole que siempre lo deseó. El queda totalmente confundido ante a esta muchacha a quien vio crecer y a quien nunca había mirado con ojos de hombre.
Ya estando en Los Ángeles, Eugenia se dedica a estudiar y superarse. Mientras tanto, la correspondencia que sostiene con Juan Manuel la llena de ilusiones por sus palabras cada vez más amorosas que prometen el surgimiento del romance que por tanto tiempo soñó. Lo que ni siquiera sospecha es que esas cartas que tanto la ilusionan no son de Juan Manuel, sino de su hermano menor, Alejandro, quien lo toma todo como un simple juego sin saber las ilusiones que crea en ella.
Años más tarde, a Eugenia por fin le llega el tan esperado momento de regresar a México y reencontrarse con Juan Manuel; pero al llegar se topa con una sorpresa totalmente inesperada y desconcertante…el amor de dos hombres, dos hermanos que lucharán por ganarse su corazón.