Ya no sabemos si la sociedad progresa adecuadamente: lo que sí asumimos es que se transforma, y pensamos que no se parece nunca demasiado a como era antes. Pero repetía el filósofo Francisco Fernández Buey que la historia de las ideas es como una noria: con pensamientos, anhelos e incluso gritos que van y vuelven. Entre la noria y el progreso sólo queda una convicción: la mejor manera de pensar mejor es discutiendo y repensando.