En el 2016, Taylor Swift tuvo una disputa muy sonada con Kanye West y su mujer en aquel entonces, Kim Kardashian. En esa época, Scooter Braun era el manager del rapero, además de otras estrellas como Ariana Grande o Justin Bieber. Tres años después, ya convertido en un magnate de la música, Braun compró Big Machine Records, la compañía discográfica a la que pertenecían los seis primeros discos de la artista.