Emma está convencida de que sus nuevos y rarísimos vecinos son vampiros: siempre se visten de negro, nunca son vistos durante el día, además de venir de Transilvania. Emma acumula un arsenal de armas contra vampiros para protejerse.
Cuando encuentran un almacén de sangre en el sótano de los vecinos, todas las preocupaciones y sospechas de Anna parecen estar confirmadas...