El abuelo de Booth, Hank, se muda a vivir con él y decide acompañarlo mientras él y Brennan investigan las cenizas y los restos carbonizados que ha encontrado un agente inmobiliario mientras enseñaba una propiedad a unos posibles compradores. El equipo identifica a las víctimas, unos amantes de gran tamaño que no parecían tener enemigos. Por otro lado, Hank intenta hacer de casamentero con Booth y le cuenta a Brennan varios secretos de la familia.