Peltola descubre que uno de los símbolos dejados por el asesino fue dibujado por una persona zurda. Karppi y Nurmi notan que Sanna Sirèn es zurda. Van a su casa donde descubren un laboratorio secreto. Sanna huye, pero es atrapada por el misterioso asesino cuya identidad finalmente han descubierto Karppi y Nurmi.