Hakata es obligada, por Kyōko, a utilizar un sugerente disfraz de Santa Claus para conseguir nuevos miembros para el club. Debido a esto, se avergüenza, sufre de delirios y teme por su seguridad. Al día siguiente, Hakara utiliza un disfraz de conejo para mantenerse "segura" y no va al club. Por lo cual, Kyōko, para traerla de vuelta, aprovecha los delirios de Hakata y la sumerge en una batalla de chicas mágicas.