La tripulación de Moya, la nave y todo lo que contiene son estudiados por los terráqueos, en lo que es el primer encuentro oficialmente reconocido entre alienígenas y humanos. Esta vez, los terráqueos no tratan tan mal a los extraterrestres como en "Una reacción humana", aunque de todos modos, les confinan en una preciosa casa rodeada de guardias de seguridad. Crichton se siente más forastero en la Tierra que en Moya y no acaba de entender las reticencias de su padre en compartir la tecnología alienígena con todos los países del mundo.