Touya enseña a sus amigos (incluído el duque) a jugar al shogi, lo que crea un afán casi fanático por este juego en la zona. Por otra parte, nuestros protagonistas aceptan la misión de combatir a un Dullahan (espíritu de un caballero demoníaco sin cabeza) que mora en las ruinas de la antigua capital imperial... Y acaban despertando un mal muy antiguo, que data del tiempo del Imperio Parteno