Felipe viaja a Francia por orden del rey Fernando para buscar un acuerdo entre ambos reinos. Lejos de conseguirlo, regresa a Flandes, habiendo perdido la confianza de la corona de Castilla y del propio rey de Francia. Mientras, Juana comienza a perder el juicio al verse lejos de su marido. En Roma, el Papa muere repentinamente sin haber conseguido la paz en el conflicto de Nápoles.