Con la hora y el lugar del duelo final con Tou Ryuga ahora establecidos, Mahoro realmente no tiene nada que perder y aprovecha la oportunidad para invitar a Suguru a una "cita" en Yokohama. El efecto es predecible: tanto él como Saori se ven impulsados a imaginar todas las implicaciones románticas de tal situación y, por supuesto, cuando Mahoro y Suguru finalmente se van, Saori está allí, persiguiéndolos en su Vespa.