RÍO HUANG, CHINA 1000 A.C.
Sydney se marcha a Alaska para buscar un collar que perteneció a una emperatriz china. La reliquia lleva más de 3.000 años en paradero desconocido, pero se descubre que podría estar a miles de kilómetros de su lugar de origen.
La leyenda cuenta que un joven emperador chino mandó esculpir un sarcófago de jade para su prometida, mujer que siempre llevaba un fabuloso collar de oro. Sin embargo, la emperatriz no pudo descansar en paz, tras su muerte, porque unos bandidos robaron el féretro durante el funeral.