El verano casi ha terminado. Un día, de camino a casa, Kohaku es llevada al lugar donde Hitomi pudo ver colores. Kohaku, quien desea utilizar la magia para dar felicidad a las personas, se esfuerza en descubrir la razón por la que el mundo de Hitomi ha perdido su color. Con la ayuda de Yuito, los tres intentan recrear las condiciones presentes el día en el que los colores volvieron a ella.