En una ganadería, la hija del dueño aparece asesinada de madrugada. Todo sugiere que este es un crimen pasional. Pero a pesar de todo, la dueña de la casa contigua pide testificar y termina acusándose a sí misma. Sin embargo, ni el móvil ni la evidencia son consistentes con esta versión de los hechos. ¿Qué motiva a esta mujer a culparse de esta manera? Los gendarmes se darán cuenta de que en realidad está buscando proteger a su hijo, que tiene autismo. Y gracias a este último, finalmente lograrán dilucidar este drama ...