La vicepresidenta Selina Meyer quiere impulsar una Comisión de Trabajos Limpios como su legado, pero un tweet de un miembro de su equipo irrita a la industria del plástico. En una reunión de captación de fondos, Selina hace un chiste de mal gusto, y su jefa de gabinete (Anna Chlumsky) firma con su nombre una tarjeta de condolencias para la viuda de un senador recién fallecido.
HBO Max le da la bienvenida al mes de marzo con una miniserie que nos propone revisitar el escándalo Watergate, uno de los más sonados de la historia de Estados Unidos, en clave humorística de la mano de Alex Gregory y Peter Huyck, productores y guionistas de la súper aclamada Veep.
Si faltaste a clase el día que se explicó el escándalo Watergate en historia, no sufras: te contamos de qué va la cosa.
El 17 de junio de 1972, se sorprendió a una banda de ladrones allanando la sede del Partido Demócrata. Poco después, y gracias a la investigación de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein (que seguro que conocéis por Todos los hombres del presidente), se descubrió el pastel: había sido Nixon, el presidente republicano, quien había estado pagando, de tapadillo, a un grupo de “fontaneros” que se encargaban de hacer chapuzas (nunca mejor dicho) de espionaje. Un escándalo de lo más sonado que culminó con la dimisión de Nixon. Y, si bien, otras series y películas se han fijado más en la investigación periodística del caso o en las experiencias de personajes clave, como la reciente Gaslit, protagonizada por Julia Roberts, Los fontaneros de la Casa Blanca da protagonismo a los dos líderes que orquestaron estas misiones a las cloacas: G. Gordon Liddy (Justin Theroux) y Howard Hunt (Woody Harrelson), dos hombres que, accidentalmente, terminaron derrocando al hombre que intentaban proteger.