La pequeña ciudad portuaria de Ystad se considera pacífica. Pero los ataques del crimen ocurren donde menos te lo esperas. Es un día que comienza como cualquier otro para el personal de un banco local, cuando de repente un desconocido irrumpe en las instalaciones. El hombre lleva una bomba en su cuello y amenaza con hacerlo explotar. Inmediatamente, Wallander va al lugar. Pero en su intento de establecer un diálogo con el pistolero, su hija entiende que algo está mal. Pronto, la policía está convencida de que el desconocido no es el único malhechor. De hecho, cuanto más tiempo pasa, más obvio parece que alguien le ayuda desde el exterior ...