Pocos minutos después de despegar de Bucarest, Rumania, el vuelo 371 de Tarom se inclina bruscamente a la izquierda, se desvía de su rumbo y cae en picado en el campo de un agricultor. Es el desastre aéreo más mortífero en la historia del país, y los rumores de una bomba a bordo alcanzan rápidamente un tono frenético en la nueva prensa libre del país. Los investigadores rumanos llaman al FBI para determinar si fue un accidente o un acto criminal. Pero, en última instancia, es la propia voz del capitán la que revela la causa subyacente del desastre.