En lo único que Ross piensa es en ir a jugar pinball en las maquinitas al terminar la escuela. Estando muy concentrado en el juego, Ross pierde la noción del tiempo y rápidamente se da cuenta de que está encerrado en el centro comercial. Ahora tiene que jugar una partida de pinball y ganar para poder escapar; pero sólo lo hará para descubrir que un reto, aún más grande, lo espera.