Kieren es acusado injustamente de liberar rabiosos en el hospital y es puesto bajo arresto domiciliario a fin de devolverlo al centro de tratamiento de Norfolk. Sin apoyo de la familia, busca a Simon, pero Amy le dice que Simon se ha ido a la ciudad. Amy continúa quedando con Philip, pero siente cercana la rabia en su cuerpo y piensa que los medicamentos no la hacen efecto.