Héctor y Beto consiguen un tiempo de unión padre-hijo cuando Héctor abandona al antiguo equipo de Diego, Blas y Benavidez para ayudar a Beto en una competencia de botes. Durante el proceso, Héctor se asusta con murciélagos que invaden su cochera por lo cual posteriormente admite una fobia hacia los murciélagos, obligando a Beto a hacerlo solo.