En ruta de Indonesia a Hong Kong, el vuelo 780 de Cathay Pacific vuela a gran altura sobre el Mar del Sur de China cuando ambos motores del avión fallan, convirtiendo el Airbus A-330 en un planeador de 200 toneladas. Declarando una emergencia, y decidido a evitar una desastrosa caída en el océano, el capitán asume el control manual de la aeronave y se las arregla para encender un motor aumentando muy lentamente el acelerador. Pero entonces el motor que falla no le permitirá reducir la velocidad para aterrizar.