Los independentistas deciden vengar a su líder y votan la muerte de Sandra. Convencido de que esa guerra es negativa para el movimiento, Bonafedi, el número dos, ofrece su ayuda a Jean Michel para dejar fuera de juego a Sandra. Después de hacer detener a Tony y Manu por un caso menor de juego ilegal, Jean Michel organiza un falso atentado. Sandra abandona Bastia sin imaginar el perverso juego que su hermano ha planeado para despojarla de todo. Ahora, los negocios de los Paoli están en sus manos.