El espíritu de un niño fallecido por sobredosis de drogas, ingeridas en un laboratorio, vuelve para vengarse de aquellos padres que no lo dieron suficiente atención y que ahora se decidieron por adoptar otro niño, al principio bastante extraño en sus reacciones... El momento (sin anestesia) en que aparece el espíritu por primera vez durante la noche y en el cuarto del pequeño adoptado impresiona, del mismo modo que la tensión que se maneja promediando la mitad del relato, aunque el mismo va desenvolviendo cierta chatura sobre el final, convirtiéndose en uno de los más flojos de la serie. De todas maneras vale igual la mirada crítica hacia esos padres preocupados más por sus trabajos y proyectos que por la propia unión familiar. También queda la duda, por encima de alguna escena sangrienta, si algunos de los animales que aquí se ven sufrieron daños o no.